jueves, 11 de enero de 2024

ECUADOR: La fascistización del estado bajo el gobierno de la derecha y el mito de la “guerra a las drogas” del imperialismo


Cristian Romero - Tendencia Militante Bolchevique (Argentina)
Humberto Rodrigues - Partido Comunista (Brasil)

Daniel Noboa, presidente de Ecuador, estableció un estado de exceção con un toque de queda contra toda la población del país, decretando que Ecuador se encuentra en estado de "conflicto armado interno" y ordenó a las Fuerzas Armadas "ejecutar operaciones militares para neutralizar" las bandas criminales.
La medida de Noboa se produjo después de que hombres armados tomaran las instalaciones del canal estatal de Guayaquil TC Televisión y la universidad. El domingo, en extrañas condiciones, se constató que se había fugado jefe de la mayor banda narco de una cárcel de Guayaquil, Adolfo Macías, alias Fito, capo narco de la banda Los Choneros.

Estos hechos delictivos son usados por el gobierno de Noboa para cambiar emergencialmente el régimen político, reforzar el aparato represivo y extender el control sobre el conjunto de la población explotada y oprimida. Noboa es un ecuatoriano con ideas próximas de las ideas dominantes en la burguesía de EE.UU , nacido en Florida, de derecha y con aspiraciones dictatoriales y recién electo como continuista del anterior presidente, involucrado en una profunda crisis política. Ahora, convenientemente, realiza una especie de autogolpe en su gobierno para centralizar el poder político y realizar medidas radicales contra los trabajadores ecuatorianos. La guerra que debería ser apenas contra las drogas y los narcos se convierte en “estado de guerra” que se vuelve en contra de toda la población.

A “Guerra às drogas liderada pelos Estados Unidos transformou o Equador em nova rota para distribuição de cocaína” (UOL: Guerra às drogas, pobreza em alta e caos político: entenda crise no Equador).

Después de casi medio siglo de política de guerra contra las drogas, en la división internacional del mercado, Ecuador se ha convertido en uno de los principales centros del mundo en la distribución de esta mercancía, sobretodo a partir de la traición del presidente Rafael Correa por su vice-presidente Lenin Moreno, orquestrada por el imperialismo.

Las drogas llamadas “ilegales”, en su calidad de mercancías, son un componente fundamental de la acumulación del imperialismo a nivel mundial. Alimenta también el capital financiero a través de las rutas del lavado. Todo esto se da en el contexto de “guerra a las drogas” impulsada por el imperialismo que en realidad protege al negocio de las drogas y el control que el sistema imperialista ejerce sobre las mismas.

En el pasado, incluso en la época del capitalismo liberal, las drogas fueron factor central de la acumulación imperialista y también las potencias coloniales dominantes como Inglaterra buscaron arrojar el costo de la misma sobre los países oprimidos como China durante las guerras del Opio, como el propio Marx analizó en el siglo XIX:

"Las consecuencias nocivas para China fueron económicas, políticas y sociales, siendo una de las principales la desestabilización del gobierno chino. La resistencia y el incumplimiento de los decretos del emperador y las restricciones por parte de las autoridades chinas para impedir el crecimiento de las importaciones de opio generaron aún más medidas restrictivas y punitivas, que continuaron incumpliéndose. Todo esto culminó en un escenario de mayor corrupción [desmoralización] de las autoridades imperiales, funcionarios de aduanas y mandarines en general, por parte de los ingleses. Esta corrupción, que se infiltró hasta el corazón de los celestiales burocracia y destruyó los cimientos del orden patriarcal, fue introducido de contrabando a China junto con las cajas de opio de los transportadores británicos anclados en Whampoa (MARX, 2016g, p. 113), como ocurrió en la Primera Guerra del Opio, y señaló Marx en En la Revolución en China y en Europa, del 14 de junio de 1853, “se forjaron factores de disolución [que] influyeron simultáneamente en las finanzas, las costumbres tradicionales, la moral, en la industria y la estructura política de China, alcanzando su apogeo bajo el fuego de los cañones ingleses. ”(MARX, 2016j, p. 34). 
Tanto la primera como la segunda guerra contribuyeron a derrocar la autoridad del emperador y el poder imperial, al tiempo que aumentaron la autoridad del opio, especialmente el tráfico y el contrabando, como manifestaciones de la autoridad imperial británica." (Pedro Henrique Antunes da Costa y Kíssila Teixeira Mendes, ANTIPROHIBICIONISMO, MARX Y LAS GUERRAS POR LAS DROGAS: ANTICOLONIALISMO, ANTIIMPERIALISMO Y ANTIPROHIBICIONISMO).

El gran capital nunca se ha opuesto a las drogas; al contrario ellas están en el ADN de la acumulación de capital en un sentido amplio, no sólo económico. Históricamente, el capitalismo transformó las drogas en una mercancía para el comercio global. En la China del siglo XIX, la política colonialista británica destruyó la sociedad china para someterla a sus intereses. En China, el efecto del opio sobre la sociedad, la economía y la política fue operado desde fuera y se combinó con una guerra desde fuera, bajo los cañones de Gran Bretaña y por la confiscación de una parte del territorio chino por la ocupación de Hong Kong por la corona y los capitales britânicos.

En la época del imperialismo, es decir, en la fase superior del capitalismo, ya en el siglo XX, la política de drogas se volvió infinitamente más compleja y rentable. A través de una doble moral se utiliza y supuestamente se combate el narcotráfico.

La "guerra contra las drogas" sirve como instrumento para aumentar el control social de Estados Unidos sobre los pueblos oprimidos en general y dentro de las naciones cuyos gobiernos son títeres del imperialismo, como una forma de control social de la población trabajadora y su juventud por parte de aparatos represivos militares y policiales.

El imperialismo estadounidense se basa en el semicolonialismo dependiente, en el control ya ejercido sobre los países oprimidos a través de sus gobiernos títeres, mediante los cuales se aplican políticas de adoctrinamiento militar, legal y policial, comercio de armas y servicios privados de entrenamiento , la profundización de la dependencia económico y social , la cooptación de fracciones de la juventud barbarizada y, finalmente, las tareas de sometimiento del pueblo que los cañones coloniales llevaban a cabo mediante la guerra entre naciones, como entre Gran Bretaña y China, fueron reemplazadas por políticas fascistas y la guerra civil del estado contra la población, como lo que está sucediendo ahora en Ecuador de manera aguda, pero que también se repite en casi todos los países oprimidos.

Aunque la escalada de violencia no sea una novedad en la situación política y social ecuatoriana, es muy extraño como la violencia sistemática y la crisis narco,

estalló en el país con elementos espectaculares y literalmente mediáticos, la ocupación de televisiones y universidades, para crear un caos que justificaría, a los ojos del sentido común y de los medios de comunicación internacionales, una salida simplificada y represiva a la crisis.

Hoy en Latinoamérica sobre control de varias fracciones imperialistas crece el negocio del narcotráfico llevando a la descomposición mafiosa de la maquinaria estatal de los países latinoamericanos. También el imperialismo se sirve políticamente del narcotráfico extendiendo controles desde los estados capitalistas mafiosos en la llamada “guerra a las drogas” o en fomentar y aprovechar las crisis narco para darse una cobertura política que le permita profundizar el control sobre los estados capitalistas latinoamericanos. Todo lo anterior da un salto de calidad en la necesidad que el imperialismo estadounidense tiene de blindar a Latinoamérica de la influencia de los BRICS.

La crisis narco está dando un salto en calidad en Ecuador y la derecha aprovecha para fascistizar el estado capitalista. El crecimiento del narcotráfico está vinculado a liquidación económica de toda la economía ecuatoriana (y en varias otras partes del occidente) bajo la política del neoliberalismo/ultraliberalismo, impactando de lleno a nivel social y político en Ecuador.

“Ecuador se transformó en un santuario del crimen organizado. Ha ido mutando de un país de tránsito a una plataforma internacional de distribución de narcóticos. En ese sentido, es considerado uno de los países procesadores de América Latina, ubicados en el segundo lugar por debajo de Brasil en la exportación de cocaína a África, Medio Oriente y Asia.” https://www.lapoliticaonline.com/internacionales/la-fuga-de-un-capo-narco-genera-la-primera-crisis-de-daniel-noboa-en-ecuador/

Hay que medir el peso que ese factor de la economía criminal tiene de conjunto en un país de la escala de Ecuador.

Esta tendencia economía ahora se está concentrando para volverse política apuntando a un creciente peso del narcotráfico en la propia vida política de Ecuador.


¿La crisis narco, un acontecimiento provocado para justificar el cierre del régimen que el presidente banquero anterior no logró concretizar?

Esta situación caótica fue creada por las propias políticas del FMI y de la Guerra a las drogas, defendidas y ejecutadas por los gobiernos neoliberales desde Lenin Moreno hasta el banquero Guillermo Lasso.

Ahora, el continuista Noboa, apunta para dar un salto de calidad en los ataques anteriores contra la población mediante una serie de instrumentos represivos decretando el estado de excepción, que incluye la posibilidad de los militares de entrar a las cárceles y la movilización del ejército para controlar las calles incluyendo un toque de queda de 23 a 5 hs.

Es una obviedad decir que el narcotráfico nunca hubiera tenido el desarrollo que tiene en Ecuador de no haber complicidad de los poderes del estado los mismo que ahora convocan para combatir al narcotráfico mismo.

Noboa llegó al gobierno con el apoyo de las fuerzas de derecha en Ecuador.

https://www.milenio.com/internacional/daniel-noboa-es-de-izquierda-o-derecha-esta-es-su-ideologia

Ahora a Noboa se le suma el apoyo del correismo en su campaña de fascistizacio del estado en Ecuador. A su vez grupo de puebla integrado por dirigentes del “progresismo” incluyendo a los gobiernos actuales de Bolivia y Brasil sostuvo que acompaña el mensaje de Correa.

La política del imperialismo, sobre todo el estadounidense, de proteger y fomentar al narcotráfico mediante su política de “guerra a las drogas” lleva a una descomposición mafiosa de los estados capitalistas latinoamericanos lo que los hace más manipulables para el imperialismo mismo, así como en su momento las guerras del opio favorecieron la desintegración social de China frente a la expansión colonial británica.

A través de la política de guerra a las drogas y de la manipulación del narcotráfico, un brazo del gran capital, ha evolucionado, especializado y profesionalizado en proporciones sin precedentes lo que Gran Bretaña desarrolló durante las guerras del opio para dominar política y socialmente, revertir el déficit comercial y colonizar China.

Si en China, una de las funciones políticas de alentar el tráfico de drogas de opio por parte del imperialismo británico fue desmoralizar y debilitar al gobierno imperial chino en el siglo XIX, ahora, en Ecuador, al estímulo del imperialismo para que el país se convierta en una fuente de narcos, le sigue alentar la conversión del gobierno de derecha de Ecuador en un gobierno fascista.

La farsa de la “guerra contra las drogas”, convertida en política de Estado estadounidense, que convierte al narcotráfico en una de las principales fuentes de ingresos globales del imperialismo, ya ha sido ampliamente desmentida en obras como"The Big White Lie" "La gran mentira piadosa" de Michael Levine, vinculó la acción de la DEA en la región; "The politics of heroin : CIA complicity in the global drug trade" "La política de la heroína: complicidad de la CIA en el tráfico mundial de drogas" Alfred McCoy, sobre el suroeste de Asia y "La CIA como crimen organizado: cómo las operaciones ilegales corrompen a Estados Unidos y al mundo", por Douglas Valentine.

A su vez, las organizaciones de masas de trabajadores ecuatorianos reaccionan como pueden:

“Ante el estallido de violencia en Ecuador, la Conaie [Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, la organización indígena más grande de Ecuador] llamó a las comunidades y nacionalidades indígenas a mantener activas las guardias comunitarias controlando el acceso a sus territorios. La organización necesita construir la unidad nacional, con todos los sectores de la sociedad, para superar la crisis actual”.

“Estos gobiernos priorizaron sus agendas particulares para favorecer a grandes grupos económicos, a expensas de la pobreza y el sufrimiento de la mayoría de la población”.

En 2019, la Conaie encabezó una serie de protestas contra el entonces presidente, Lenín Moreno. Elegido en 2017 con el apoyo del expresidente progresista Rafael Correa, Moreno rompió con su antecesor y se acercó a la burguesía ecuatoriana. Así, intentó imponer las medidas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluían recortes en los subsidios gubernamentales, el desmantelamiento de las leyes laborales y la privatización de los servicios públicos.

Desde entonces, la agenda neoliberal ha sido mantenida por sucesivos gobiernos en Ecuador. El exbanquero Guillermo Lasso ganó las elecciones de 2021. Poco más de un año después, también enfrentó una serie de protestas, nuevamente encabezadas por la Conaie. Esta vez, presionaban por una reducción de los precios de los combustibles, entre otras demandas sociales. La crisis volvió a agravarse el año pasado, cuando Lasso disolvió la Asamblea Nacional (parlamento) y convocó a nuevas elecciones en] un clima de inminente convulsión social en el país, ganando las elecciones presidenciales el derechista Daniel Noboa, nacido en Florida (EE.UU.). en noviembre de 2023. Derrotó a la candidata progresista Luisa González. La disputa electoral se desarrolló bajo un clima de violencia. En agosto, bandas asesinaron a tiros al candidato presidencial Fernando Villavicencio." (Rede Brasil Atual: Violência no Equador é resultado da destruição do Estado pelo neoliberalismo, afirmam indígenas)

El actual autogolpe de Noboa es también el resultado favorable para la crisis política que estalló en el país apenas se reveló que el banquero presidente Guillermo Lasso estaba en el centro de la trama de corrupción internacional que se denominó los Papeles de Pandora (El País: El red 'offshore' de Guillermo Lasso, el banquero que llegó a ser presidente de Ecuador, Mandatário se deshizo de la mayoría de sus empresas en paraísos fiscales antes de llegar a la presidencia).

Para escapar de la presión política, Lasso disolvió el parlamento ecuatoriano y convocó a elecciones que fueron ganadas por el candidato indicado por el , Noboa.

Es tarea de los explotados y oprimidos del campo y la ciudad en Ecuador el prepararse para auto-defenderse más sin poner confianza en direcciones burguesas, hacer un frente único con todos en contra la escalada de la represión estatal y paraestatal con la Conaie y el correismo pero criticarlo por apoyar el autogolpe de Noboa. El correismo fuerza “progresista” parece expresar una combinación de imbecilidad y cobardía política claudican a la política pro-fascista de Noba.

Es por tanto tarea de los explotados y oprimidos de Ecuador el no dar ninguna confianza las políticas represivas del estado capitalista superando a sus direcciones reformistas como el correismo a la vez que se preparan para dar una salida independiente a la crisis que el crecimiento del narcotráfico viene y sus cómplices del conjunto del imperialismo y la burguesía de Ecuador.

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