domingo, 4 de mayo de 2025

Brasil

Dilemas del gobierno del PT, mesa de los trabadores, agro-negocio neoliberal, y vínculos con el mercado mundial



Christian Romero  

Tras el ataque especulativo frente la real en Brasil en el curso del año pasado, 2024, el real brasileño fue la moneda más devaluada entre las principales monedas del mundo en 2024, con una caída del 21% frente al dólar.

El real brasileño se consolidó en 2024 como la moneda más devaluada entre las principales del mundo. El dólar comercial cerró en 6.12 reales el 19 de diciembre, después de alcanzar un máximo de 6.30 reales durante el día. Fue el tercer día consecutivo en que la moneda estadounidense superó la marca de 6 reales, consolidando una devaluación del real de casi un 21 % en el transcurso del año.

Entre las 20 monedas más negociadas, solo el dólar de Hong Kong, el rand sudafricano y la libra esterlina lograron evitar devaluaciones significativas frente al dólar en 2024. En cambio, el real brasileño tuvo un desempeño especialmente débil, superando la caída de otras monedas emergentes como el peso mexicano (-16 %) y la lira turca (-16 %).

“El aumento de la inflación en Brasil ha sido particularmente notorio en productos básicos como el arroz, las carnes, el aceite de soja, la leche y el café, con subas que varían entre el 6,5 % y el 36,9 % en los últimos 12 meses. Esta escalada de precios ha llevado al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece el presidente Da Silva, a proponer la implementación de un impuesto a las exportaciones, lo que en argentina se conoce como retenciones. El objetivo de esta medida sería gravar las exportaciones de productos agrícolas con el fin de frenar la salida de alimentos al exterior y controlar los precios internos." https://www.decamponoticias.com/brasil-retenciones-campo/.

En un principio, el gobierno había propuesto una reducción en el impuesto a la importación de alimentos como medida para aliviar los precios. Sin embargo, la reacción negativa tanto del mercado como de los sectores agropecuarios fue inmediata, lo que llevó al gobierno a dar marcha atrás con esta propuesta. A pesar de no haber definido aún un paquete completo de medidas, la propuesta de aplicar retenciones sigue siendo una opción en discusión dentro del Partido de los Trabajadores, que busca frenar la inflación a través de la intervención en el comercio exterior.
 

La inflación, que afecta sobre todo a los productos de la canasta básica, ha impulsado el debate sobre cómo abordar el problema

Ante la propuesta de aplicar retenciones, los sectores agropecuarios han respondido con firmeza. Pedro Lupión, diputado por Paraná y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario (FPA), criticó duramente las medidas del gobierno. Según Lupión, la administración de Lula Da Silva ha perdido credibilidad, particularmente en su gestión de cuestiones económicas clave como las tasas de interés, el control del gasto público y las políticas cambiarias. Para el sector agrícola, las propuestas de impuestos a las exportaciones solo agravarían la situación económica y perjudicarían la competitividad de los productos brasileños en los mercados internacionales.

A pesar de las críticas y la presión del campo, el gobierno de Lula Da Silva, a través de voces oficiales como el ministro de Desarrollo Agrario, Paulo Teixeira, ha sostenido que la propuesta de retenciones no tiene posibilidades de prosperar en el corto plazo. Teixeira insistió en que el gobierno no adoptará medidas heterodoxas como las retenciones, lo que parece desmentir las versiones de que el gobierno planea aplicar impuestos a las exportaciones de manera inminente.

Sin embargo, el propio Teixeira, cuando era diputado, había presentado un proyecto de ley en 2022 junto a otros 21 parlamentarios para aplicar retenciones a la carne y los granos. Aunque el proyecto fue rechazado en tres comités parlamentarios, el ministro defendió que la propuesta tenía como objetivo solo permitir la implementación de retenciones sin necesariamente ponerlas en práctica, lo que deja abierta la puerta a futuras discusiones sobre el tema.” https://www.decamponoticias.com/brasil-retenciones-campo/

Es obvio que el agro-negocio se beneficia de una devaluación del real ya que ele valoriza en el mercado interno brasileño los dólares que obtiene por exportación, lo cual incluye el pago del salario al propio proletariado rural salarios que se pagan a valor del real y por lo tanto en una moneda desvalorizada frente a la que obtiene por la exportación.

Ahora bien, en un país que es exportador de alimentos de consumo masivo y los grandes cultivos como soja y maíz están orientados a la exportación una elevación del precio que reciben los exportadores como puede ser una valorización de monedas duras como el dólar en que reciben el precio de sus ventas frente al real, tiene como efecto inmediato la suba de los precios de sus productos (en este caso alimentos) en el mercado interno. Esto es simple ya que el exportador solo venderá en el mercado interno si en este le pagan el mismo precio que le pagano en el mercado mundial en donde reciben pago en monedas que se valorizaron frente al real, como el dólar tras la última devaluación brasileña. Lo anterior se aplica también a contextos en donde el precio de los productos de exportación (en este caso alimentos de consumo masivo) se eleva en el mercado mundial. Ante esto en un contexto donde no se avanzó en fuertes controles sobre el comercio exterior (clave en todo país y en términos multiplicados en una semi-colonia) lo que demandaría el romper con el neoliberalismo (que es la manifestación ideología y de política económica de la fianciarizacion) es un esquema de impuestos que permitan desvincular el precio del mercado interno del mercado mundial. Esto en Argentina se conoce como retenciones que es lo que ahora Milei busca rebajar cediendo a presiones para que la burguesía del agro-negocio le adelante dólares obtenidos por ss ventas que el propio gobierno de Milei necesita desesperadamente ante la pérdida de reservas.

Hay que decir que por lo tanto en un países que exporta aquello que está en la base de la mesa de alimentos de consumo masivo los propios trabajadores brasileños , como los alimentos de consumo masivo , en un contexto donde la mayoría de la población solo puede acceder a ellos con su salario ( también a la población de las ciudades vinculadas a la economía informal solo pueden acceder a ellos por sus ingresos en reales), una devaluación al elevar el precio de referencia en el mercado mundial( que se da en dólares que devaluación mediante quedan valorizados ) en relación a los precios del mercado interno ( que se miden en reales que quedan desvalorizados) golpea el salario real de los trabajadores medidos en función de los alientos de consumo masivo que están en su mesa diaria. La medida de tasar los derechos de exportación cuando estos se elevan en función del real , devaluación mediante, tiene como efecto desvincular le precio del mercado interno del precio que se obtiene ene l mercado mundial, así como por ejemplo un precio de 100 para una exportación de maíz si se le pone una tasa de 20 en su exportación misma empujara al exportador a vender en el mercado interno a 80 libre de tasa con lo que se igualara el precio que en este mercado recibirá en relación al mercado mundial. Esto también debería estar acompañado de políticas de tasas y hasta regímenes cambiarios diferenciados que permitan abaratar aquellos productos que se importen (y por lo tanto también se encarecen con una devaluación) y hagan parte del consumo masivo de alientos, como el caso de las importaciones de trigo

La desindustrialización de Brasil y la opción creciente por la agro- exportación de alimentos de consumo masivo, siendo estos mismos alimentos que hacen a la mesa diaria de los trabajadores. En un contexto donde la mayoría de la población depende su salario para acceder a esos alientos plantea la sustentabilidad social y política de las salidas devaluatorias y de esa misma vía de el fomento de las exportaciones mediante (( políticas de tipo de cambio alto)) que redundarían en una caída del salario real de los trabajares en proporción creciente en la base de la pirámide salarial ( ya que es esa franja de trabajadores la que más proporción del salario destina a alimentos) y por lo tanto de la viabilidad de establecer vínculos con el mercado mundial si no media una ruptura con el neoliberalismo que tiene infectado también a los intereses del agro-negocio. Es por lo tanto si el gobierno del PT de Lula no logra una forma de garantizar que la orientación exportadora que esta buscando abasteciendo al mercado mundial de soja , maíz, carne bovina , pollo , no vaya de la mano de la implementación dude instrumentos de política económica que permitan ante todo el garantizar el abastecimiento de la mesa de los trabajadores brasileños , frente a la especulación con los alientos en el comercio exterior, en ese contexto en donde el desgaste del propio gobierno de Lula será fuerte y abrirá el paso a salidas de tipo derechistas que obviamente serán todavía más duras para los trabajadores.

Es por eso que el gobierno de Lula debe poner límites a la resistencia del agro-negocio para que introduzca medidas que prioricen el abastecimiento de alimentos de consumo masivo al mercado interno. En ese sentí en lo inmediato se debe proponer por medio de las organización es de trabajadores, como la CUT, de instrumentos de política económica que graven la traslación a precios en el mercado interno del precio de los alientos cotizables a valor dólar cuando este sube frente al real, tasas que también deberían ser móviles en función independientemente de la relación real/dólar , cuando esos alimentos se eleven de precio en el mercado mundial ( que como medidas más políticas pueden incluir un régimen de segmentación y compensaciones para pequeños productores, cooperativas agrícolas ,etc. )impidiendo así que estos precios mismos se trasladen al consumo de los trabajadores. La salida más profunda depende de una intervención decidida en el comercio exterior que obviamente entrara en contradicción con multinacionales del comercio internacional de granos como Cargill o Bunge.

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