Christian Romerno
El voto a Gabriel Boric representó una tendencia progresista de los trabajadores de Chile a oponerse al avance del neofascismo. Sin embargo, la coalición socialdemócrata posmoderna de Boric (una especie de PSOL brasileño, o Syriza griega), representa una continuación, en la instancia económica, del neoliberalismo chileno, inaugurado en el mundo por la dictadura del general Pinochet.
La continuidad neoliberal quedó asegurada en el futuro gobierno de Bóric con el nombramiento de Mario Marcel como ministro de Hacienda. Marcel era hasta ahora presidente del Banco Central de Chile -un neoliberal “transversal” porque está vinculado al Partido Socialista- y que había sido ratificado por el propio Piñera en 2016. El nombramiento de Marcel como ministro de Hacienda es una señal de Boric al capital financiero como una forma de “tranquilizarlo” de que el nuevo gobierno no sería más que una variante “progresista” del neoliberalismo en Chile.
Esto prepara una profunda frustración en los trabajadores que votaron por Boric, siendo fermento para futuros avances de derecha en la situación política en Chile. Se puede repetir algo similar a lo ocurrido en Grecia, con el desastroso gobierno de Syriza, que traicionó a la población que lo votó a él y en el referéndum contra el neoliberalismo, para obedecer las determinaciones del Banco Central Europeo.
El aproximadamente 44% de los votos que obtuvo el pinochetista Kast muestran una derecha tipo fascista con una base muy bien posicionada. Por tanto, es tarea de los trabajadores en Chile aprovechar el momento actual para avanzar en su organización independiente del gobierno, única vía segura para evitar el desvío a la derecha y el avance de las tendencias neofascistas.
El voto a Gabriel Boric representó una tendencia progresista de los trabajadores de Chile a oponerse al avance del neofascismo. Sin embargo, la coalición socialdemócrata posmoderna de Boric (una especie de PSOL brasileño, o Syriza griega), representa una continuación, en la instancia económica, del neoliberalismo chileno, inaugurado en el mundo por la dictadura del general Pinochet.
La continuidad neoliberal quedó asegurada en el futuro gobierno de Bóric con el nombramiento de Mario Marcel como ministro de Hacienda. Marcel era hasta ahora presidente del Banco Central de Chile -un neoliberal “transversal” porque está vinculado al Partido Socialista- y que había sido ratificado por el propio Piñera en 2016. El nombramiento de Marcel como ministro de Hacienda es una señal de Boric al capital financiero como una forma de “tranquilizarlo” de que el nuevo gobierno no sería más que una variante “progresista” del neoliberalismo en Chile.
Esto prepara una profunda frustración en los trabajadores que votaron por Boric, siendo fermento para futuros avances de derecha en la situación política en Chile. Se puede repetir algo similar a lo ocurrido en Grecia, con el desastroso gobierno de Syriza, que traicionó a la población que lo votó a él y en el referéndum contra el neoliberalismo, para obedecer las determinaciones del Banco Central Europeo.
El aproximadamente 44% de los votos que obtuvo el pinochetista Kast muestran una derecha tipo fascista con una base muy bien posicionada. Por tanto, es tarea de los trabajadores en Chile aprovechar el momento actual para avanzar en su organización independiente del gobierno, única vía segura para evitar el desvío a la derecha y el avance de las tendencias neofascistas.
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