Introducción
“Lo que sucedió a esos dirigentes de la Segunda Internacional, a esos marxistas altamente eruditos consagrados al socialismo como Kautsky, Otto Bauer y otros, podría (y debería) servir de lección útil [1]. Comprendían perfectamente la necesidad de tácticas flexibles; la aprendieron ellos mismos y enseñaron a otros marxistas la dialéctica… pero, en su aplicación de esta dialéctica cometieron tales errores o probaron en la practica de ser tan anti dialécticos, tan incapaces de tomas en cuenta los cambios rápidos de forma, ni la adquisición rápida de nuevos contenidos en las viejas formulas, que sus destinos no son menos envidiables que los de Hyndman, Guesde o Plekhanov [2]. Debemos cuidarnos que los mismos errores, solamente en sentido inverso, hechos por los comunistas de izquierda sean corregidos lo antes posible”[3][4]