
En este Primero de Mayo de 2024, el imperialismo parece una bestia dando patadas tratando de evitar la marcha de la historia. Intenta, a cualquier precio, evitar su derrota histórica frente a la marcha cada vez más amplia de resistencia de los países oprimidos y, también, las manifestaciones masivas de los oprimidos dentro de sus propias fronteras, sus calles y universidades. En decadencia, el imperialismo se vuelve cada vez más peligroso, rompiendo los convenios internacionales que firmó, despreciando los foros en los que se encuentra en minoría, recurriendo a formas modernas de nazifascismo, mercenarios y terrorismo, para promover la matanza de pueblos enteros y amenazar con la tercera guerra mundial.