La Central General de los Trabajadores, principal instancia de administración de la lucha de clases en Argentina, llamó para el día 24 de enero a una huelga general por eso único día, como un forma de dar una válvula de escape a la presión social contra e ajuste de Milei.
Declaración conjunta de
ClassConscious.org y CVCI
Estados Unidos y el Reino Unido atacaron Yemen el 11 de enero. Esta acción es la expresión militar de la defensa que estos dos países hacen, ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, del genocidio contra el pueblo palestino por parte de Israel. El motivo del bombardeo es puro odio racial y arrogancia imperialista. ¿Cómo se atreven estos árabes yemeníes a emprender acciones militares para defender a las víctimas del genocidio israelí en Gaza? Estos untermenschen [un término de la ideología nazi utilizado para describir a los "pueblos inferiores"] deben aprender una dura lección. Este es el pensamiento de racistas sionistas en altas esferas como Anthony Blinken y Grant Schapps, que aportan cierto escalofrío de su solidaridad racializada a la ecuación del terror imperialista. La tercerización de la ejecución de las tareas más bárbaras para acentuar su militarismo “normal” es una característica de la avanzada decadencia del imperialismo británico, y EE.UU está siguiendo el mismo camino. Extrañamente, Sunak afirma que el ataque a Yemen es “autodefensa” –al igual que los genocidas israelíes dicen que cortar el suministro eléctrico a los bebés prematuros en las incubadoras de los hospitales es “autodefensa”– y trata de argumentar esto en La Haya. A este pueblo, los yemeníes, que se han manifestado por millones en solidaridad con el pueblo palestino y evidentemente apoyan las acciones de los hutíes, se les debe dar una muestra de lo que el pueblo de Gaza está recibiendo, por atreverse a desafiar el genocidio de Israel.
Milei entra en contradicción con la principal corporación multimedios de Argentina. Si bien el DNU de Milei beneficia al grupo Clarín con la desregulación en la cuestión del papel celulosa y el número de licencias por radiodifusión, más al mismo tiempo perjudica al propio grupo Clarín por que le crea competencia con el gran capital imperialista multinacional al habilitar su entrada en el negocio de los medios de comunicación.
