El cristinismo prepara la guerra preventiva contra la clase obrera ¡Organizamos la contra-ofensiva de los trabajadores!
La ley incorpora como delito terrorista a: aquellas acciones que afecten el orden económico y financiero, y el que penaliza “las actividades delictivas con finalidad terrorista”. Respecto al texto sobre antiterrorismo, duplica las penas para los delitos ya establecidos en el Código Penal a quienes “directa o indirectamente” financien el terrorismo y actividades afines. Pero además, sostiene que serán considerados como tales algunos de los delitos que sean “cometidos con la finalidad de aterrorizar a la población” u obligue a gobierno nacional o extranjeros “a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”. O sea tornase automáticamente un criminal el que participe de un corte de una ruta, parando la producción en una fabrica, o cualquier tipo de movilización que golpee directamente contra las ganancias, u obligue al gobierno nacional o extranjero a dar marcha atrás a una medida política, es un terrorista.
El impacto de la crisis mundial obliga al Estado capitalista descargar el peso de la crisis misma sobre los trabajadores conduciendo al cristinismo a apoyarse cada vez más en el aparato represivo. El hecho de que se le haga cada vez más difícil articular consenso social a nivel de masas, por los ajustes en marcha obliga al cristinismo a mostrar una faceta cada vez más represiva.
La "innovación" jurídica corresponde a una medida de recrudecimiento da represión policial del Estado burgués para resguardar a burguesía argentina en una nueva crisis económica que exige aumento de explotación de los trabajadores lo que resultará inevitablemente no aumento del descontento social.Se trata de una medida de guerra civil preventiva contra el proletariado y los luchadores sociales frente a la crisis capitalista Según nos enseña Trotsky
“Nuestros enemigos de clase acostumbran a quejarse de nuestro terrorismo. Lo que entienden por esto no está muy claro. Ellos querrían calificar de terrorismo todas las actividades del proletariado contra sus enemigos de clase. A sus ojos, la huelga es el principal método terrorista. Una amenaza de huelga, la organización de piquetes, el boicot a un patrón esclavista, el boicot moral a un traidor que ha salido de nuestras propias filas, dicen que todo esto es terrorismo. Si se entiende por tal toda acción que inspira temor o daña al enemigo de clase, entonces, naturalmente, toda la lucha de clases no es otra cosa que terrorismo. Y entonces ya sólo quedaría por saber si los políticos burgueses tienen derecho a derramar a raudales su indignación moral mientras que todo el Estado, sus leyes, su policía y su ejército no son más que un aparato de terror capitalista.” (Leo Trotsky, Noviembre de 1911).
Más que nunca la clase trabajadora no se puede intimidar frente al recrudecimiento de la represión de Cristina a que cada vez más la crisis económica obliga a mostrar los dientes para sus electores recientes. Los trabajadores deben pelear por la nulidad de esta ley y por condiciones de vida y trabajo dignas con la acción directa, huelgas, marchas, manifestaciones, huelgas con ocupación de lugar de trabajo, estudio y vivienda y hábitat, superando a orientación revisionista dada tanto por todos de la izquierda del régimen “nac & pop” desde el maoísmo de el PL hasta el seudo- trotskismo y su cretinismo parlamentario que hace parte de la FIT.
Como afirma una compañera cuya correspondencia nos llego: “No nos doblegaran las continuas traiciones que sufre nuestra clase con la burocracia sindical y sus aliados rosas, con las represiones y ejecuciones a nuestros hermanos de Latinoamérica y el mundo, tampoco hemos de corrompernos ante los partidos cipayos anti obreros, chupasangre y esclavizadores, no nos reconciliaremos, no lo olvidaremos, ni los perdonaremos a los genocidas contra la clase proletaria...a toda la masacre que sufre la clase trabajadora, los militantes revolucionarios, activistas y artistas revolucionarios que peleamos por el triunfo de la clase obrera mundial, seguimos dando batalla día y noche por hacer llegar a las masas nuestro grito de guerra. Luchamos por la justicia de clase, por la disolución de la policía asesina y su aparato represivo, ¡Queremos los comités de vigilancia de organizaciones obreras! ¡Tribunales obreros y populares par a juzgar hasta el último milico y asesino de obreros de ayer y de hoy!”
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