¡Ninguna confianza en el ejército y en la justicia burguesa!
Declaración del Comité de Vinculación por la IV Internacional
Venezuela
está sufriendo un Golpe de Estado. La derecha burguesa, agente del
imperialismo, provoca el desabastecimiento de artículos alimenticios
elementales, sabotea la economía del país para desestabilizar al
gobierno, controla el parlamento e intenta derribar a Maduro por
todos los medios.
Por
detrás de la crisis económica por que pasa el país está una
amplia política de sabotaje económico y político impuesta por el
imperialismo en Venezuela. El principal producto da Venezuela es el
petróleo. El precio internacional del barril de petróleo fue
derribado de 115 para 30 dólares. Ese dumping fue una medida
deliberada de guerra comercial de los EUA y aliados contra Rusia,
Venezuela, Bolivia e Irán. Estos últimos son Petro-Estados que se
asocian para resistir a ofensiva imperialista.
Venezuela
atraviesa una escasez de todos de los productos que cambia por
petróleo. Los EUA acordó con a Arabia Saudita y sus satélites
(Emiratos Árabes, Kuwait, Catar) una ampliación de la producciónde petróleo mundial y principalmente estadounidense, sobre la base
del petróleo esquisto con rendimientos altos pero volátiles y
inmensamente mas destructivos de la naturaleza.
Venezuela,
Rusia y Bolivia son Estados burgueses que viven sobretodo de la renta
de la venta de hidrocarburos (petróleo, gas y derivados). Sus
intereses chocan con las ambiciones monopolistas del imperialismo y
sus corporaciones como las 4 hermanas (Crevron, Mobil, Shell, BP),
grandes compañías que controlan grande parte do petróleo mundial.
De ese modo se encuentran en una condición de dualidad, ora como
socios minoritarios de la explotación de sus recursos energéticos y
de la fuerza de trabajo del proletariado para abastecer de petróleo
y gas para a las grandes potencias, ora como adversarios de las
mismas. Así se creó un nuevo nacionalismo populista y de retórica
antiimperialista, con políticas estetizantes en relación con las
compañías petrolíferas.
Combinadas
a esas razones estructurales, o chavismo fue à la izquierda por una
cuestión de sobrevivencia política, obligado a adoptar una línea
de mayor fricción con el imperialismo después de haber sido víctima
de un Golpe de Estado en 2002. El golpe da aquella época fracaso por
la entrada en escena de las masas y porque los golpistas fueron por
demás entreguistas luego de las primeras medidas anunciadas,
entrando en conflicto con sectores da burocracia petro estatal y
militar que se oponían a la desvalorización del petróleo y la
liquidación de PDVSA.
Todavía,
en estos 14 años de gobierno el chavismo se mostró incapaz de
llevar la lucha antiimperialista hasta las últimas consecuencias, o
sea , la expropiación por lo menos del empresariado mafioso y
saboteador de la economía nacional, agente del imperialismo,
apoyándose más en la burocracia estatal judicial-militar que en las
masas. Lo que no avanza, retrocede. Esa estrategia institucional
permitió el fortalecimiento de los agentes del imperialismo en el
país, particularmente en el Congreso. No por casualidad, esa
incapacidad genética de los gobiernos de la izquierda burguesa los
condujo a un callejón sin salida en Argentina, Brasil, Venezuela.
A su
vez el golpe en Venezuela redoblar la presión sobre Nicaragua,
Ecuador y Bolivia. El golpe en Venezuela se une al golpe en Brasil y
a la elección de Macri en Argentina, en donde el imperialismo busca
“recuperar terreno” que en cierta medida había perdido tras la
crisis del 2008 que posibilitó que los gobiernos nacional-populistas
de Latinoamérica se acercaran a Rusia y China.
El
encuentro de Maduro con la oposición y el Vaticano muestra la
tendencia del propio Maduro a conciliar con la oposición burguesa y
pro imperialista. Las limitaciones del nacional-populismo que se
muestran en que no golpean a la propiedad capitalista y se niegan a
armar a las masas trabajadoras, lo convierte en rehén de la
preservación de la orden capitalista y de la dependencia al
imperialismo contra sí mismo. Es lo que hace a las direcciones
burguesas nacional-populistas incapaces de afrontar en forma decisiva
a la ofensiva imperialista.
No
puede haber ninguna confianza política en Maduro y su estrategia,
socialista en palabras y por la ilusión de convivencia pacífica con
los golpistas en los hechos. Menos aún se puede iludirse con los
jefes de las fuerzas armadas burguesas y los jueces capitalistas que
más temprano y seguramente traicionaran la lucha antiimperialista.
¡Ninguna confianza en el Vaticano y sus mediaciones! Solo la
independencia de clase del proletariado, como dirección del conjunto
de las masas explotadas y oprimidas, en una clara lucha por el
socialismo podrá ser garantía de enfrentar con éxito al
imperialismo.
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