Declaración CVCI
Los desalojos de familias palestinas en Sheikh Jarrar, Jerusalén Oriental / Al Quds, los ataques contra musulmanes en la Mezquita Al Aqsa / Cúpula de la Roca y los ataques asesinos contra Gaza, que derribaron un edificio residencial de 13 pisos, por el gobierno “interino”de Netanyahu es otra escalada del Proyecto Sionista genocida para la destrucción del pueblo palestino. Un propósito obvio de esto es prolongar el gobierno personal de Netanyahu, que enfrenta una posibilidad real de encarcelamiento por corrupción. Habiendo fracasado por tercera vez en formar un gobierno estable después de una eleccion, Netanyahu provoca un conflicto con los palestinos, una táctica deliberada para permanecer en el poder.
El régimen israelí aprovechó el Ramadán para brutalizar a los fieles en la mezquita de Al Aqsa. Al mismo tiempo, llevan a cabo una limpieza étnica de Jerusalén Oriental. Es bueno recordar que el sionismo recibió luz verde de Trump para su política expansionista con el traslado la embajada de los Estados Unidos a Jerusalén (que Estados Unidos no revertirá bajo Biden). Esta política imperialista ha aumentado a medida que las casas palestinas son tomadas para entregarlas a más colonos judíos. Esto es parte de los planes de anexión que ha aprobado Estados Unidos. La cuestión de Sheikh Jarrar está a merced de la Corte Suprema de Israel, pero nadie debe hacerse ilusiones sobre el resultado de esto; es el último episodio de la Nakba continua del pueblo palestino desde 1948. El ataque a Al Aqsa es aún más grave, ya que prefigura lo que los extremistas sionistas planearon hace mucho tiempo: destruir el tercer lugar más sagrado del Islam y erigir un 'tercer” templo ' en el lugar; una provocación increíble contra los musulmanes del mundo y una demostración del papel de vanguardia del sionismo en la extrema derecha occidental al intentar fomentar más guerras depredadoras utilizando la religión y un supuesto "choque de civilizaciones" como arma.
En respuesta a los ataques israelíes contra Al Aqsa y Sheikh Jarrar, los militantes palestinos en Gaza dispararon cientos de sus cohetes caseros contra Askelon y la propia Jerusalén, como muestra de fuerza en solidaridad con los atacados. Dando origen a apelaciones inútiles de la administración Biden y Keir Starmer del Partido Laborista del Reino Unido por la "desaceleración". Biden no hará nada para detener a Israel, por supuesto. Incluso si la actual administración estadounidense encuentra esto inconveniente, tiene que depender de los partidarios de Israel en la clase dominante estadounidense y, en el mejor de los casos, seguirá vacilando antes de alinearse con los sionistas. Después de todo, son los aliados estratégicos y partidarios del imperialismo estadounidense y occidental, y no los restringirán a la ligera. Mientras tanto, el gobierno británico Johnson condenó los 'ataques' de Gaza contra Israel, apoyando abiertamente a los sionistas genocidas. Por supuesto, la derecha británica no dice nada para condenar el terrorismo étnico en Jerusalén, o el bombardeo asesino de Gaza que ya ha dejado decenas de muertos, incluidos niños.
Nosotros, el Comité de Enlace para la Cuarta Internacional, condenamos estos ataques bárbaros y pedimos a los movimientos de la clase trabajadora y a todos los pueblos oprimidos que expresen su solidaridad con los palestinos. Esto debería incluir, siempre que sea posible, huelgas políticas y boicots de movimientos sociales, sindicales y populares dirigidos contra el régimen sionista. El estado sionista debe ser derrocado por la clase trabajadora de la región, con las masas palestinas al frente de la lucha. La población de colonos de Israel debe estar subordinada a la democracia de la mayoría del pueblo palestino de la región. ¡Por el derecho incondicional al retorno de todas las víctimas palestinas del sionismo! ¡Por el aplastamiento del sionismo y todas sus leyes e imposiciones racistas! El estado sionista debe ser derrotado y reemplazado en un proceso de revolución permanente, movilizando a las masas oprimidas dirigidas por la clase trabajadora, para lograr un estado proletario multiétnico en Palestina, como parte de una ofensiva revolucionaria regional más amplia.
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