Liga Comunista y Partido Comunista do Povo Brasileiro
El día 8 de enero, después de la primera semana del gobierno de Lula, hubo un ensayo de golpe de Estado bolsonarista.
El golpe cuenta con la connivencia no sólo del gobierno del Distrito Federal y su policía, sino también con la complicidad del Ministerio de Defensa del gobierno Lula. El ministro José Mucio, estuvo en los campamentos con los golpistas el domingo por la mañana y había presentado un informe del Ejército a Lula concluyendo que hubo una gran desmovilización de los campamentos bolsonaristas, es decir, les aconsejó que bajaran la guardia, lo que terminó favoreciendo la acción golpista.
El aparato de las Fuerzas Armadas, el sector de inteligencia (ABIN), la Policía Federal (PF) y la Policía Federal de Carreteras (PRF) también siguen siendo una correa de transmisión del fascismo. Por eso, no denunciaron el golpe ampliamente anunciado por todos los medios bolsonaristas. Peor aún, no anticiparon ninguna medida preventiva ni contuvieron las caravanas. Por el contrario, miembros de las Fuerzas Armadas participaron directamente e incluso se tomaron selfies, posando en medio del ataque al Congreso.
Estos hechos indican que Lula no controla el aparato represivo federal ni los organismos de inteligencia nacional. El hecho de que estos organismos de seguridad no intervengan, de hecho, es una forma de intervenir, dando vía libre a los grupos fascistas.
Detrás de este intento de golpe no solo están los que pagaron las caravanas, los buses, la logística, los viáticos y el hospedaje, sino también el capital financiero, los grandes comerciantes, dueños de las redes alimentarias, los terratenientes, en fin, la burguesía y el imperialismo, los bancos y los medios de comunicación, que intentan sabotear al gobierno de Lula desde sus inicios con medidas económicas como el aumento de los precios de los combustibles.
Este asedio empuja al gobierno de Lula a convertirse en rehén del aparato represivo todavía bajo control bolsonarista.
Sólo hay una forma de derrotar el golpe: una amplia movilización popular. Esta es la única forma en que podemos garantizar los derechos de los trabajadores, incluido un aumento real del salario mínimo.
¡Sin conciliación! ¡Sin tolerancia! ¡Ninguna amnistía al r golpe!
El ensayo de golpe de Estado bolsonarista realizado ahora en 2023 en Brasil es mucho más grave y más fuerte que el asalto al capitolio por el trumpismo en el 2021. Trump no tenía el apoyo de Pentágono, en cambio los bolosonaritas cuentan con el apoyo de un gran arco represivo brasileño para voltear al gobierno de Lula y el atacar al pueblo.
La democracia es salud, educación, tierra, trabajo, salario real, transporte para la población trabajadora y no la continuación del robo y la amenaza constante del golpismo y el fascismo bolsonarista.
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